Uno de los errores más graves que cometemos en el amor, especialmente las mujeres, debido a la educación patriarcal recibida y a la idealización del amor romántico, aunque nos puede ocurrir a todos en general, es enamorarnos primero y conocer a la persona después. Cuando tendría que ser justamente al revés: elegir compañero con el cerebro racional, no con el cerebro primitivo (reptil) que aún dirige parte de nuestros mecanismos para buscar candidatos, seducir, casarse y establecer un hogar. El tirón del amor romántico es muy fuerte y nuestra cultura lo glorifica como el mejor de los estados deseados...luego vienen las lágrimas de cocodrilo.
Fases de autoprotección para iniciar una relación
1. Implicación superficial. Conozco a alguien y observo sin ningún tipo de compromiso. Evalúo.
2. Relación de compañerismo. Decido que probablemente esta persona sea buena para mí. Vamos a hacer cosas juntos. Sigues observando. Si empiezas a notar que esta persona hace cosas que no te gustan, te retiras.
3. Amistad. Comienzas a pasar cada vez más tiempo con él/ella para llegar a conoceros como personas y dejas que la relación evolucione. Te conviertes cada vez en un amigo más íntimo.
4. Amor de pareja La relación se convierte entonces en una unión de compromiso funcional con la otra persona para satisfacer las necesidades físicas, emocionales, intelectuales y sociales de los dos.
Las personas sanas van paso a paso, realizan un proceso de filtrado y van decidiendo si el otro encajará conmigo tal y como soy. Y para esto se necesita tiempo.
En las relaciones adictivas este proceso ocurre en unos 22 minutos de haber conocido a la persona, no se reconoce que hay distintos niveles de relación.
¿Qué hacemos habitualmente?
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