Igual que para crecer
y mantenernos sanos precisamos de alimentos, también requerimos del afecto para
sobrevivir. Todos tenemos la necesidad humana de ser amados y de
vincularnos afectivamente a otras personas. El problema aparece cuando
esta necesidad afectiva se vuelve exagerada y se empieza a depender emocionalmente
en exceso de otra persona, normalmente de una pareja.
No es siempre fácil
establecer una línea clara entre el amor y la necesidad extrema de afecto,
muchas veces convive un cariño auténtico con la dependencia emocional. Lo
que ocurre, es que si hay dependencia emocional, nuestra necesidad afectiva es
tan exagerada que acaba con el amor.
Podríamos decir que la diferencia básica entre
amor y dependencia emocional es que el amor responde a un sentimiento
afectivo básico, mientras que la dependencia emocional va en busca
de la seguridad y el sentimiento amoroso es secundario. En el amor
genuino más que una necesidad del otro existe un deseo de vincularse y estar con el otro. En la dependencia
afectiva, el sentimiento está basado en el miedo a la soledad y en la necesidad
de retener al otro, ya que una ruptura significa sentirse emocionalmente
desamparado, como que la vida sin esa persona, no tiene sentido.
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